Diferencias entre hachís y marihuana

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En la actualidad se ha descubierto una amplia variedad de usos para la planta de cannabis, gracias a sus propiedades aprovechables por el ser humano. Sin embargo, es fundamental considerar las diferencias entre hachís y marihuana para evitar confusiones y poder hacer uso de sus ventajas.

¿Qué es la marihuana?

La marihuana es un término que se emplea para designar al producto de la planta hembra seca y sin procesar, particularmente a las flores que se cosechan a partir de su cultivo, a estos se les llama popularmente cogollos.

Los cogollos usualmente se consumen al fumarlos y se diferencian claramente del hachís.

¿Qué es el hachís?

El hachís es un producto que se elabora a partir de la resina extraída de la planta de cannabis, esta pasta se comprime y se le da forma de cubo para su venta y consumo.

Para la extracción del hachís es necesario secar y enfriar la planta, para luego filtrarla, tamizarla, obtener un polo al triturarlo y finalmente comprimirlo dándole su característica forma de cubo.

El hachís suele tener mayores niveles de concentración de THC que la marihuana y puede consumirse en diferentes modalidades, desde la integración en platillos hasta con vaporizadores.

Este derivado del cannabis puede ser de excelente calidad cuando se produce de forma adecuada, bajo estándares de higiene, extracción y compresión apropiados.

Diferencias ente hachís y marihuana

Además de las diferencias que implican claramente cada uno de estos elementos de acuerdo con su definición, existen otras tantas que vale la pena conocer.

  • Su procedencia: tal como se mencionó anteriormente, la marihuana proviene de la planta femenina de cannabis no procesada, se le conoce también de forma popular con el nombre de hierba y no requiere de tratamiento alguno para su consumo, salvo el secado.

Por otro lado, el hachís proviene de la resina de la planta de cannabis, para lo cual se aplican una serie de procesos.

  • Su aspecto: la marihuana se presenta en forma de bolas aglomeradas de flores secas, con colores verdosos y violetas, además cuenta con un olor intenso.

Por otro lado, el hachís tiene un aspecto terroso, usualmente en forma de cubo, elaborado a partir de la compresión del polvo obtenido de la resina. Aunque puede encontrarse en barra o trozo, no es lo usual y comúnmente su apariencia se asemeja a la del chocolate.

  • Forma de obtención: para obtener la marihuana no es necesario llevar a cabo complejos procesos, basta con cultivar la planta, cosechar las flores y secarlas.

Para el hachís el proceso es más complejo, desde al cultivo, la extracción, el filtrado, tamizado, obtención de la resina, transformación en polvo y finalmente compresión.

  • Intensidad de sus efectos: este aspecto particular se relaciona con la concentración de THC presente y marca una clara diferencia entre la marihuana y el hachís.

Mientras la marihuana puede alcanzar niveles máximos entre el 25 y 30% de THC, la concentración en el hachís se estima de 60 a 90%, implicando que los efectos de la segunda sean más intensos y potentes, además de poseer mayor índice psicoactivo.

En ocasiones, el hachís de menos calidad no produce efectos intensos porque quienes lo elaboran mezclan otros elementos como arena y henna en el proceso, con la idea de bajar los costos del producto sin considerar que esto puede generar daño en quien lo consume.

  • Consumo: La marihuana suele consumirse al fumarse en pipas o cigarrillos, sin embargo, puede incluirse en aceite, mantequilla u otras preparaciones, tanto para consumo como para uso externo, terapéutico, medicinal y recreativo.

El hachís, por otra parte, puede consumirse en una amplia variedad de formas: fumado, vapeado, en comidas al utilizarse como especia y más.

Ambos tienen un aroma y sabor diferentes, el hachís contiene notas terrosas y la marihuana es algo más floral.

  • Consecuencias: Tanto a corto como largo plazo existen ciertos efectos particulares que se diferencian en su intensidad, ya que son similares en cuanto a lo que ocasionan.

En la marihuana se considera más suaves, principalmente porque sus niveles de THC son inferiores y esto hace que a corto y largo plazo sean menores las consecuencias.

Por otro lado, el hachís es mucho más potente por sus niveles de THC y puede generar efectos de mayor intensidad tanto a corto como largo plazo. Sin embargo, esto depende en gran parte de la cantidad y frecuencia con la que se consuman cada uno.

A corto plazo es común que existan efectos energizantes, relajantes, sensaciones de euforia y dilatación pupilar, dependiendo de la variedad de planta de donde provenga la marihuana o hachís consumido.

A largo plazo se genera hambre constante, enlentecimiento, torpeza motora, ansiedad, alucinaciones, paranoia, sensación de sequedad en la boca, elevación de la frecuencia cardíaca y algunos otros.

Eventualmente, el consumo frecuente y en grandes cantidades puede generar daño pulmonar, enfermedades respiratorias, deterioro cerebral, disminución de capacidades cognitivas y otras secuelas potencialmente incapacitantes e irreversibles a largo plazo.

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