¿Cómo cocinar la marihuana y cuáles son los errores más comunes?

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La mayoría de las personas se preguntan ¿cómo cocinar la marihuana?, de forma que puedan aprovechar al máximo sus beneficios, sin deteriorar sus propiedades o sufrir los efectos del “subidón” o “colocón” que genera la sustancia psicoactiva y que muchos temen. Después de leer este artículo no tendrás de qué preocuparte, ya que te explicaremos todo al respecto.

¿La marihuana se come?

Antes de entrar de lleno en materia, es importante saber que los cogollos de marihuana sí se pueden comer y no generan ningún tipo de efecto psicoactivo en su forma natural o cruda.

Para esclarecer mucho más este punto, es necesario añadir que los cogollos o flores de marihuana feminizada en su estado natural o crudas poseen escasos niveles de THC, que es la sustancia psicoactiva del cannabis pero sí contiene mayor cantidad de THCA, una sustancia no-psicoactiva que produce beneficios variados.

El “colocón” o “subidón” que genera el consumo de marihuana recreativa ocurre cuando el THC pasa a la sangre y se distribuye; sin embargo, al comerla cruda esto no sucede, ya que este compuesto no logra llegar a la circulación.

El sistema digestivo no está en la capacidad de digerir estos cogollos crudos o la planta en su forma natural, por lo que no se suele integrar de esa manera a los platos y en caso de consumirlos igualmente se expulsan sin ser procesados, haciendo que sea imposible que llegue el THC a la sangre.

Sin embargo, se suelen cocinar estos cogollos de marihuana de forma que sea posible obtener los efectos deseados pero para ello es fundamental saber cocinarlos correctamente, de manera que al ser sometidos a ciertas condiciones, el compuesto THCA se convierta en THC.

¿Cómo cocinar la marihuana?

Al igual que otros rubros de la gastronomía, cocinar la marihuana tiene su ciencia y es necesario considerar dos aspectos primordiales de esta planta, concretamente del THC, uno de los cannabinoides más importantes que posee, ya que es este el que genera el efecto psicoactivo al que muchos hacen referencia.

En primero lugar, es fundamental saber que el THC requiere calor para activarse y para que el organismo de quien lo consuma pueda procesarlo, asimilarlo y digerirlo adecuadamente.

En segundo lugar, es necesario tener claro que el THC es soluble en alcohol y en grasa pero no en el agua.

¿Qué es la descarboxilación?

Tal como se mencionó anteriormente, se trata de un proceso en el que el THCA se convierte en THC ante la exposición al calor, ya sea a través de la cocción, la combustión o la vaporización de la planta.

El proceso de descarboxilación ocurre al cabo de unos 45 minutos sometiendo a la planta a 104° centígrados de calor. Sin embargo, se debe tener especial cuidado en no exceder demasiado la temperatura, ya que a más de 148° los cannabinoides comienzan a descomponerse y deteriorarse, un resultado contrario a lo que se desea.

Para llevar a cabo este proceso, es recomendable lavar bien los cogollos, sin preocupación alguna, ya que como el resto de la planta, estos son liposolubles y no retendrán el agua.

Posteriormente, se secan y se prepara una bandeja de horno con papel engrasado para descarboxilar los cogollos a una temperatura y tiempo controlados.

Este proceso es usual dentro de la comida cannábica pero no es totalmente necesario, sobre todo si no deseas un efecto psicoactivo.

Por lo general quienes cocinan marihuana y la descarboxilan es porque desean obtener efectos psicoactivos con su consumo, en cambio aquellos que pretenden sacar provecho a sus propiedades relajantes, analgésicas y terapéuticas emplean estos cogollos sin descarboxilación, de forma que los niveles de THCA sean mayores.

¿Cuáles son los errores más comunes?

De forma general, la comida cannábica se orienta más a lograr un plato culinario delicioso y con efectos potenciados de THC que a aprovechar las propiedades del THCA, por lo que consideraremos los errores partiendo de los objetivos de este estilo de cocina.

Los 10 errores más comunes

Aunque no necesariamente a todos los principiantes les pasa, es común que los novatos puedan cometer cualquiera de estos 10 errores:

  1. Utilizar la marihuana cruda en sus platos

Aunque resulte difícil de creer, es un error común, las personas suelen pensar que el efecto será mejor de esta manera cuando la realidad es todo lo contrario, es necesario descarboxilar los cogollos antes de cocinar con la grasa, de forma que el THCA se convierta en THC.

  • Moler el cannabis hasta pulverizarlo

Exagerar a la hora de triturar la hierba puede hacer que el plato resulte con un sabor algo desagradable, lo cual se evita empleando un grinder hasta obtener la consistencia de un grano de sal sin refinar o gruesa.

  • Comprar demasiados cogollos de cannabis para cocinar y gastar mucho dinero

No es necesario comprar una enorme cantidad de cogollos para obtener el resultado que deseas, por lo que con tan solo un par de ellos será suficiente para preparar tu plato con éxito.

  • No añadir agua a la grasa al cocinar el cannabis

Añadir agua a la grasa es parte fundamental del proceso de infusionar, pues evita que la mantequilla o el aceite se quemen, al igual que impide que el exceso de calor degrade los cannabinoides presentes en la planta.

Lo ideal es añadir a partes iguales el agua y la grasa, eventualmente la primera se evaporará y se podrá obtener la textura deseada y el sabor suculento.

  • Exagerar a la hora de filtrar o infusionar la cannabutter o mantequilla de cannabis

Al filtrar la mantequilla infusionada no es necesario exagerar ni exprimir muy fuerte para obtener la totalidad del producto, ya que esto puede generar que pase demasiado del cogollo a la preparación y resulte poco agradable.

  • No probar lo que se ha cocinado

Es necesario que se compruebe la potencia de la grasa de cannabis antes de exagerar su consumo, de forma que se pueda tener una idea clara de la dosis ideal para ingerir, ya sea sola o como acompañante de otras comidas.

  • No remover la mezcla

Cuando no se distribuye uniformemente el producto en la grasa puede ocurrir que al enfriar unas áreas queden con exceso de cannabis y otras en déficit, por lo que el consumo resulta una ruleta rusa de cantidades, haciendo que para algunos sea demasiado el colocón y para otros una simple mantequilla.

  • Incorporar mal los concentrados del producto

En el mercado existen muchos productos concentrados que vienen listos para infusionar. Sin embargo, es necesario saber cómo llevar a cabo el proceso con ellos, ya que suelen desintegrarse casi de inmediato en la mezcla, de forma diferente a los cogollos naturales.

  • Calcular mal las raciones

Cuando se preparan platos cannábicos es necesario conocer las dosis por raciones, ya que la mayoría de los cogollos cuentan con hasta un 20% de THC y esto puede traducirse en que un gramo de cogollos equivale a 1.000 mg de peso o 200mg de THC.

En tal sentido, la dosis para un principiante deberían ser de aproximadamente 10 mg THC, es decir un máximo de 1 o 2 gramos de cogollos.

  1. Elegir al azar la variedad de planta de marihuana para cocinar

De acuerdo con los efectos que desees obtener y las propiedades que pretendas aprovechar, es necesario elegir la variedad de planta adecuada ya que no todas son iguales ni brindan los mismos beneficios.

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