¿Cómo regar la marihuana?

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Muchos cultivares experimentan dudas sobre cómo regar la marihuana adecuadamente para beneficiar su crecimiento y desarrollo. En este post conocerás cuáles son los aspectos primordiales que debes tomar en consideración para realizar esta actividad, manteniendo tu cultivo sano y propiciando su vitalidad sin correr el riesgo de encharcarlo. También te puede interesar como y cuando podar marihuana.

¿En qué consiste el riego de esta planta?

Básicamente, se trata de una acción mediante la cual se esparce agua sobre su superficie con el fin de proporcionarle este nutriente indispensable para su crecimiento y desarrollo.

Consiste en repartir de manera uniforme este líquido sobre el terreno o sustrato de cultivo; una acción que debes realizar con cierta frecuencia y de forma óptima para favorecer su desarrollo.

Importancia del riego en la marihuana

Nutrientes como carbohidratos, hormonas y vitaminas son transportadas hacia el interior de la marihuana a través del agua, que a su vez los reparte y disuelve sobre su metabolismo; mientras que por otro lado humedece su sustrato, aportando oxígeno a sus raíces y manteniendo su pH en condiciones ideales para favorecer su fortalecimiento.

Es esencial que la marihuana sea regada de forma correcta, aplicando la cantidad indispensable de agua con cierta frecuencia. Si no le proporcionas este líquido puede deshidratarse, mientras que el exceso la ahogaría por falta de oxígeno en sus raíces, siendo prioritario que encuentres el equilibrio justo.

El agua ideal para ellas es la osmotizada, pues cuenta con baja concentración de sales. Si la tomas del grifo, es recomendable utilizar enzimas para reducir la acumulación de minerales que suelen bloquear sus raíces, impidiendo la correcta absorción de los nutrientes.

Factores a considerar para regar una planta de marihuana correctamente

Para regar correctamente tu planta de marihuana debes tomar en consideración que se trata de una especie vegetal que necesita mucha agua pero no tolera bien los excesos de riego; por lo que es fácil cometer errores al realizar esta actividad que va en detrimento de su condición. Sigue estos sencillos consejos para lograr cultivos óptimos.

Regar de forma controlada

Si tu planta de cannabis se encuentra en una etapa de crecimiento, es indispensable que le proporciones ciclos de humedad y sequía para incrementar la aireación de su sustrato y favorecer el desarrollo de sus raíces.

Observa siempre la condición del sustrato para evitar encharcarlo y mantenerlo perfectamente aireado, dando lugar al fortalecimiento de su metabolismo. Riega solo cual haya perdido parte de su humedad y así crecerá en busca de este nutriente.

En su etapa de floración el cannabis ya habrá desarrollado un sistema radicular abundante, por lo que ya no requiere ciclos de humedad y sequía. Podrás regar más a menudo, evitando que el sustrato se mantenga continuamente húmedo gracias a su mayor capacidad de absorción de nutrientes y agua.

Proporcionarle agua de calidad

Como comentamos anteriormente, la marihuana requiere agua libre de sales o contaminantes, pues en caso contrario no progresará adecuadamente. Por ello debe ser de calidad, eligiendo en primera instancia la osmotizada o destilada, luego la mineral y en último lugar la del grifo.

Para utilizar agua de la red doméstica es recomendable que un filtro de osmosis que pueda eliminar de ella el cloro o cualquier otra sustancia en suspensión, ya que su concentración de sales es alta y tiende a bloquear sus raíces, sin mencionar que bloquea la simbiosis de hongos y bacterias que son beneficiosos para este tipo de plantas.

Por otro lado, puedes utilizar enzimas con el fin de evitar la acumulación de sales en el sustrato o emplear agua de un depósito con piedra difusora y bomba de aire para oxigenar este líquido. También es posible mejorar su calidad con tabletas de CO2.

Regular el pH y la EC

Antes de escoger el agua para el riego de tu planta de marihuana, es conveniente que conozcas su concentración de EC o sales y determines si cuenta con un nivel que pueda ser soportado por ella. Asimismo, verifica su pH, siendo ideal que se encuentre entre 6.2 y 6.5 para sustratos de tierra.

En cultivos hidropónicos debes mantener el pH entre 5.2-5.5 para garantizar la correcta absorción de los nutrientes por parte de la planta, ya que una regulación ineficiente de este componente ocasiona su pérdida en pocas horas.

Forma de riego

En la naturaleza las plantas toman el agua primordialmente de la lluvia en forma suave y constante; lo que permite que la tierra la absorba y disperse a lo largo de toda su superficie. Esto es algo que debes imitar para tu cultivo de marihuana.

Riega sin prisa y siempre de forma equilibrada, suministrando únicamente la cantidad de agua que requiera la planta, permitiendo que este líquido vital llegue a su sustrato para ser absorbido lentamente y solo drene la parte que no sea necesaria.

Recuerda que el agua, al ser aplicada en cantidad, solo correrá por la superficie y no tendrá tiempo de repartirse homogéneamente; además de llevar a su paso los nutrientes y erosionar negativamente el sustrato, dejando lavadas sus raíces.

¿Cuándo regar las plantas de marihuana?

A lo largo de su desarrollo, una planta de marihuana experimenta etapas dentro de las cuales debe suministrársele agua con cierta frecuencia.

Al principio debes regarla menos e ir incrementando el volumen de agua a medida que se vaya desarrollando, ya que necesitará mayor hidratación y nutrientes.

Esta planta muestra síntomas detectables cuando requiere agua con urgencia, experimentando un decaimiento general en sus hojas, lo que no debes dejar que suceda.

Por lo tanto, en cuanto a la frecuencia de su riego debes considerar los siguientes factores:

  • Tamaño de la planta y su maceta: en su etapa inicial tiene una raíz pequeña, siendo necesario regarla con menos agua para permitir que se oxigene sin ahogarse, proporcionándole ciclos de humedad y sequía hasta que esté lista para ser trasplantada a un contenedor más grande o directamente a tierra firme.
  • Condiciones ambientales adecuadas: ubica tu cultivo en un lugar donde cuente con un clima estable que favorezca su riego y evite que sus raíces se calienten demasiado, de manera que se mantengan siempre aireadas y frescas.
  • Estado del sustrato: verifica con frecuencia las condiciones en que se encuentra el sustrato, para ello puedes introducir el dedo y constatar si dispone de una adecuada humedad o reponerla si es necesario. También es eficaz para evitar el encharque utilizar arlita en la parte inferior de los maceteros, pues promueve su drenaje.

No existe una medida exacta de la cantidad de agua requerida por determinado tipo de cultivo de marihuana, pues dependerá de las condiciones de tus plantas en particular, por lo que debes priorizar cada uno de los factores mencionados anteriormente y aplicar el riego solo cuando realmente sea necesario.

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